El soroll després de Kerouac
Pestanyes primàries
Ayer, Josep Fortuny me concedió el honor de hacerle de maestro de ceremonias en la presentación de su debut literario, El soroll després de Kerouac. Cuando una semana antes, desde la editorial me propusieron que si quería estar y hablar en la presentación del libro en el Ateneo Roig de Gracia, me lo tomé con satisfacción por el hecho de que hubieran pensado en mí, pero a la vez con dudas. Las dudas eran que no había leído el libro. En un principio las expectativas eran buenas. De por sí, el hecho de que Fortuny recogiera sus pensamientos, letras y vivencias en torno a la vida y la Dharma, que viene a ser lo mismo, eran toda una garantía. No obstante, y si me encontraba ante un libro oportunista y dirigido a ser un mero producto de consumo? Hoy en día todo el mundo saca libros y la verdad es que se ha banalizado el hecho de escribir, de editar y comercialtizar. Me da bastante asco. Todos los programas de televisión tienen su propio libro, todos los gurús culturales, políticos, televisivos tienen su libro, cualquiera saca un libro. La frivolidad llega a tal punto que conocidos con gran proyección mediática me han llegado a comentar ante mi ingenuidad que les habían ofrecido hacer un libro. Pero no un libro cualquiera, sino que ellos sólo tenían que poner el nombre y ya lo escribiría el negro. La figura del negro literario. Una figura que siempre ha estado allí pero que cada vez me resulta más escandalosa ya que si antes pasaba en casos muy concretos, ahora es una práctica habitual. Aparte, que qué calidad pueden ofrecer algunos personajes mediáticos que día tras día tienen columnas en diarios, están en tertulias televisivas, radiofónicas y cada Sant Jordi o cada tres meses sacan una novela o un libro de vete a saber qué. De dónde sacan el tiempo? En fin, cuando se acerca Sant Jordi esta sensación está mucho más presente. Y otra duda: Hay más autores que lectores? Porque resulta que dicen que se leen pocos libros y se venden menos. Se publica que da gusto. Haces una patada y salen libros y autores de debajo de las piedras.
Volviendo al hilo de lo que quería expresar después de leer El soroll després de Kerouac, debo decir que a partir de su lectura me quedó claro que no pertenecía al gremio al que me refería antes. Al contrario, me sorprendió. Que en los tiempos que corren, donde el libro se ha convertido en un mero producto comercial en el que sólo se miran ventas y si será rentable, me satisface encontrar editoriales que aún se lanzan a editar libros diferentes, con otro valor. Un tipo de libro que se aleja de la temporalidad del momento, de la venta instantánea, de las modas, de los clichés. El soroll després de Kerouac es una obra para tener presente, para leer de arriba abajo, para leer a ratos, para leer por la página que te dé la gana, para guardar e ir repasando de vez en cuando. Contiene música, vida, prosa, poesía libre ... Puede ser un conjunto de pensamientos, de crítica social, de vivencias musicales, de amor, de recuerdos ... No sé, no sabría terminar de definirlo. Josep Fortuny ha hecho un gran ejercicio abriéndonos sus pensamientos y sus vivencias. Por encima de todo destaco su lenguaje llano, nos habla de tú a tú, todo es muy cercano y nos toca, y eso se agradece mucho.