Recientemente el periodista Joaquim Vilarnau ha puesto en marcha una campaña para que Francesc Burrull reciba la Cruz de Sant Jordi. Me parece una gran idea y tenemos suerte de que personas como Joaquim alcen la voz a favor de iniciativas de este tipo. No obstante, no deja de ser preocupante y vergonzoso que una persona tenga que levantar y buscar complicidades para conseguir el reconocimiento para alguien que lo merece.
En un artículo que ha publicado en Enderrock, Vilarnau exponía una comparativa que no deja de ser escandalosa. La diferencia de premios y reconocimientos de los dos hombres más notorios de la factoría Concèntric, Josep Maria Espinàs y Francesc Burrull. Mientras el señor Espinàs ha recibido premios por todos lados y se le ha reconocido el trabajo, lo que no critico y celebro; el señor Burrull sólo acumula una triste distinción genérica y gracias.
Está claro que la música y la gente que se dedica siempre reciben la peor parte en todos los sentidos y paradójicamente, la música está presente en cualquiera de las facetas de la vida diaria. Encima, personas como Francesc Burrull que siempre han trabajado a la sombra y detrás de grandes artistas nunca han sido reconocidos por el gran público, ni han recibido el trato ni las distinciones que se merecen. La figura del arreglista y director musical siempre ha sido menospreciada y mal tratada. Podría poner miles de ejemplos pero ahora no me quiero dedicar a hacer sangre. Está claro, que muchos de estos artistas de primer nivel llegaron donde llegaron gracias a los arreglos de Francesc Burrull y tantos como él. Centrados en Francesc Burrull, muchas de estas canciones que pasaron por sus manos seguramente no hubieran llegado al imaginario colectivo sin el trato y el orden que les dio. Muchos de estos artistas han tocado la gloria gracias en parte, al trabajo de Francesc Burrull. En otro sentido y continuando con el mal trato, también quiero hacer mención a otro mal que Francesc ha sufrido, como muchos de su ramo. Hacer una canción de arriba abajo y que en el momento de ser registrada en Sgae te obliguen a ceder su mayor parte al trío de turno, que es quien te tiene contratado. Francesc y los de su gremio reciben por todos lados.
Celebro la iniciativa emprendida por Joaquim Vilarnau, tal vez tenemos suerte y un poco de presión hace que antes de que se muera se dignen a darle la Cruz. No obstante, pienso que esto no debería llegar a estos extremos. También pienso que la Cruz es una distinción menor y que Burrull se merecería algo más grande que una Cruz que tiene media Cataluña. Burrull debería tener distinciones de un nivel mayor tanto de Cataluña como de España.
La iniciativa de Vilarnau me ha hecho pensar en todo esto y darme cuenta aún más de la desidia y desprecio que existe hacia la música y personas de la talla de Francesc Burrull.