20 Festival de Jazz de Vic

  • Posted on: 13 May 2018
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Entre el 3 y el 13 de mayo se ha llevado a cabo el Festival de Jazz de Vic. La edición de este año era bastante especial porque era la número 20 de un Festival que ya es un clásico en la agenda del mes de mayo. Básicamente, se ha desarrollado en dos espacios, la Jazz Cava y el escenario Alhambra, situado en la plaza del Carbó. Mientras en el interior de la Jazz Cava se realizaban las actuaciones de pago, en el escenario Alhambra se hacían las gratuitas. El indiscutible cabeza de cartel de esta edición era Craig Taborn, que ofreció un recital memorable en el interior de la Cava el sábado 5 de mayo. El pianista se presentaba en formato de cuarteto, con Chris Lightcap (bajo eléctrico y contrabajo), David King (batería) y Chris Speed (saxofón). El Craig Taborn Quartet defendía su último trabajo, Daylight Ghost (ECM, 2017). El directo fue vibrante, lleno de contrastes, con agudos y graves que viajaban de la acústica del piano de cola a los sonidos más electrónicos de los teclados. Durante los 80 minutos, como mínimo que duró el espectáculo, realizó un viaje partiendo de los sonidos más disonantes y contrapuntísticos a las melodías más establecidas por los cánones en una especie de gran sinfonía musical, recordando el alma progresiva de los setenta hasta las vanguardias más actuales. En cada nuevo tema iniciaba un viaje que te transportaba de una manera poco convencional de la que salías emocionado y convencido de haber disfrutado de una gran experiencia.

El sábado 5 de mayo, la lluvia provocó que la actuación de Threejay de Joan Solana se suspendiera. Durante todo el domingo 6 de mayo el escenario Alhambra no paró. Por la tarde abrió Marc Vernis para luego continuar con un concierto con una formación hecha a medida para la ocasión, una Big Band formada por músicos que han participado de la historia de la Jazz Cava. Una Big band que interpretaba clásicos que iban del jazz al pop pasando por otros estilos y donde se añadieron en temas cantados las voces femeninas de Paula Valls y Núria Graham. El colofón llegó con el espléndido Fausto Gramola cuando interpretó la versión de Benny Moré del bolero "Como fue". La jornada la cerró Raynald Colom. El trompetista tiene una relación muy especial con el Festival, siendo el artista que ha actuado más veces. Es por esos que en la celebración del vigésimo aniversario no podía faltar. Colom presentaba el proyecto Steel, en formato cuarteto. Los músicos que lo acompañaban eran David Soler (guitarra y pedal steel), Tito Bonacera (bajo eléctrico) y José Benítez (batería). Steel parte de los sonidos de vanguardia y la electrónica con reminiscencias del último Miles Davis, el hip-hop, el funk y los ritmos negros. Benítez imprimía un sello que nos llevaba a recordar el recientemente fallecido John "Jabo" Starks. En el concierto, se pudieron escuchar temas que formarán parte de un nuevo trabajo que el catalano-francés grabará a partir de septiembre. No faltó el tono reivindicativo cuando en medio de uno de los temas la voz de Jair Domínguez apelaba a la independencia de pensamiento y la libertad de expresión. Un manifiesto con base musical que fue muy aplaudido. El directo y los nuevos temas del cuarteto de Colom resultan efectivos, llenos de ritmo, con mucho virtuosismo pero con cierta falta de cohesión y algunos momentos monótonos, cansados y repetitivos. Una monotonía que se rompía cuando Colom atacava la trompeta con aquellos sonidos largos y melodiosos.
El jueves día 10, había un duelo de guitarras, concretamente entre cinco guitarristas: Pablo Schvarman, David Soler, Jordi Matas, Nico Roig y Marcel Bagés. La organización lo montó en un formato ameno y distendido con los guitarristas distribuidos por toda la sala, luces, campanas y un locutor que emulaba los asaltos de los combates de boxeo. El duelo de guitarras estuvo marcado por la ausencia de guitarras en contrapunto con la exhibición de pedales, distorsiones y demás gadgets que crean los más variados y marcianos sonidos. El viernes desfiló una propuesta curiosa y muy arriesgada. Hace ya varias ediciones que el Festival organiza un espectáculo que tiene como intérpretes a músicos catalanes y músicos polacos. El resultado es un experimento único de música libre e improvisación, difícil para el público en general, pero muy meritorio y necesario como propuesta que rompe estereotipos. En esta edición los encargados de este espectáculo fueron Quartet Nonlocality, con el batería catalán Ramon Prats al frente, acompañado del acordeonista polaco Zbyszek Chojnacki, la violinista de Nueva Zelanda Sara Clamon, y el flautista polaco Dominik Strycharski. El sábado, a pesar de la amenaza de lluvia, el escenario Alhambra no paró, con dos espectáculos destacados. Por un lado el maratón Underpool, y por el otro, la brillante propuesta de Albert Cirera & Tres Tambors. Para terminar el día, un concierto en el interior de la Jazz Cava, el que protagonizaba Marco Mezquida acompañado de Aleix Tobías (percusión) y Martín Meléndez (violonchelo). Una propuesta elegante y muy bonita que hacía un viaje al universo romántico de Maurice Ravel. A partir de composiciones como "Pavana para una infanta difunta" o el conocidísimo "Bolero de Ravel", Mezquida nos adentraba al tono colorístico de este autor romántico, un trabajo que también ha grabado en disco. Hay que matizar, que si bien Mezquida estuvo excelso con el piano, la aportación de sus compañeros es fundamental para lograr el brillantísimo resultado de la propuesta.
El domingo era el último día de Festival. Por la mañana, en el escenario Alhambra han circulado escuelas y alumnos de toda Cataluña actuando en diversos formatos. Por la tarde llega la despedida con Big Menu Feat, Escandaloso Xpósito.