Cançons Disperses de Toti Soler
Pestanyes primàries
A finales de 2019, Toti Soler publicaba el álbum Cançons Disperses.
Cançons Disperses es un recopilatorio de varias canciones que el creador de la guitarra catalana tenía repartidas a lo largo de su discografía que va de 1997 a 2017. En este Cançons Disperses, Toti Soler ha seguido la línea de Transparències (2016). Allí recogía piezas a guitarra provenientes de varios trabajos y estados anímicos. En Cançons Disperses ha hecho lo mismo pero con piezas cantadas, de poetas. Los que seguimos la discografía y la obra del maestro de la guitarra catalana todas estas canciones ya las habíamos escuchado y las conocíamos, pero la verdad es que aquí todas juntas y recopiladas nos invitan a disfrutarlas en toda su plenitud.
El disco lo conforman un total de 18 canciones extraídas de los siguientes trabajos: M’aclame a tu (1997), Vita Nuova (2002), L’arxiver de Tortosa (2004), Vida més alta (2008), Raó de viure (2011), El teu nom (2013), El temps que s’atura (2015) i Twins (2017). En cuanto a la parte cantada -a parte del mismo Toti Soler- encontramos a Laia Soler, Sílvia Pérez Cruz, Luiza Oswaldo Cruz, Anna Ferrer i Encarna Salgado. Las letras de las canciones y los poemas son autoría de Josep Maria de Sagarra, Ovidi Montllor, Rei Dionís de Portugal, Sílvia Amigó, Joan Vinyoli, Miguel Hernández, Pere Quart, Raul Ellwagner, Fernando Pessoa, Maria Antònia Salvà y tonadas populares y tradicionales.
El disco comienza con uno de los poemas musicados que ha hecho más fortuna en el extenso repertorio de Toti Soler: «Cançó de suburbi». Un poema de Josep Maria de Sagarra que pertenece al libro Cançons d’abril i de novembre que el poeta y dramaturgo escribió entre los años 1915 y 1917. Se trata de un poema bastante redondo que expresa la visión de un mundo que se acaba y uno nuevo que comienza, la contraposición entre el campo y la ciudad o la huerta y la industrialización. A veces se ha criticado este poema de Sagarra ya que el poeta crea una imagen un poco pastoral, como mitificada, del mundo rural en contraposición del industrial con algún tópico como el de la "donzella espitragada". Sin embargo, el paso de poema recitado a canción por parte de Toti Soler convierten el conjunto en una delicia.
De Joan Oliver, Pere Quart, destaca «Idi·li» un poema que gracias a la aportación de Toti Soler ha ganado mucha más profundidad. «Idil·li» se encuentra recogido en el poemario Saló de tardor publicado originariamente en 1947. Por lo tanto, es un poema del cuarto volumen publicado por Joan Oliver. Oliver utiliza una forma externa que parece frívola (como una estructura de canción de cabaret). En su día, había hecho una versión la Trinca que se había hecho bastante popular pero que sólo nos dejaba ver esta apariencia más divertida y superficial (No olvidemos que el primero en hacer una versión musicada fue Miquel Porter). Pero como ocurre a lo largo de la obra de Oliver, el poema tiene varias lecturas que van más allá de este quedarse en la parte superficial. La versión de Toti Soler aporta una lectura más profunda que nos permite ir más allá de esta idea «Trinquera». Es un poema que se puede leer en una clave más cruda porque habla de una realidad social de la posguerra que es muy dura. Los últimos versos marcan la crudeza del poema:
Tengo una hermana monja,
un hermano loco y un primo
que una vez por Pascua,
y en este mismo jardín,
y también de noche como ahora
que no se movía ni una brizna
me enseñó la manera
de yacer sin dormir.
«Cançó de la set que no mor», de Joan Vinyoli es otra de las perlas que Toti Soler había musicado e incluido en Vida més alta. Es un poema que Vinyoli no publicó nunca en vida. Forma parte de un conjunto de 9 poemas que Xavier Macià encontró en el Archivo Vinyoli, en un pliego de 10 hojas bajo el título de Suite lírica d’amor (Poemes), que fueron escritos entre 1946 y 1951.
Tampoco podía faltar otra de las voces habituales en la obra de Toti Soler, Sílvia Amigó. Amigó es una constante en la obra de Toti Soler e incluso ha prorrogado alguna de sus obras, como el citado Transparències. En este Cançons Disperses, de la obra de Amigó, Soler recupera «Cançó callada» y «Si n’és cel».
Las notas introductorias al disco, las ha escrito el propio Toti Soler y entre éstas resulta interesante transcribir la siguiente reflexión: «La guitarra solista tiene pocos seguidores en nuestro país, aunque parezca mentira».
Finalmente, este Cançons Disperses también nos sirve para reflexionar sobre la importancia del soporte físico y la revalorización del CD. En una época en que parece que el CD ha perdido su vigencia, donde se inventan cifras estrambóticas sobre el auge del vinilo, un trabajo tan bien presentado, con una acuarela de portada de Oriol Gaspar y un diseño muy cuidadoso por parte de Laia Soler, desmontan cualquier conspiración contra el CD y el formato físico, devolviéndolo al lugar que se merece.