El genio de Peter Green
Pestanyes primàries
Me entero del traspaso de Peter Green en las noticias de la noche de TV3. Me ha sorprendido enterarme por TV3, pero de vez en cuando está bien que en un medio generalista cuelen alguna noticia de este alcance. Existe la posibilidad de que al ser verano tengan pocas noticias, que alguien del equipo sea un fan del gran guitarrista, o que sencillamente piensen que el recuerdo hacia la figura del genio sea necesario. En cualquier caso, a pesar de ser un deceso me ha gustado encontrarme con esta noticia en TV3.
Sobre el genial Peter Green sólo puedo lamentar no haberlo visto nunca en directo. Cuando formó parte de los primeros Fleetwood Mac no me tocó vivirlo porque yo aún no había llegado. En cuanto a su errática, difusa, irregular, pero excelente carrera en solitario, sólo he seguido sus discos de estudio. El descubrimiento de In the skies (1979) me atrapó y es uno de esos discos que siempre me acompaña y cada cierto tiempo suena en mi equipo. Pero lo curioso del caso es que a Peter Green llegué de rebote, a partir de Santana. En el disco Abraxas (1970) de Santana descubrí «Black magic woman» que resultaba ser una versión de una canción de un tal Peter Green. Después empecé a investigar y supe que Green había sido miembro de los primeros Fleetwood Mac. Sorprendente! Yo conocía a los Fleetwood Mac más comerciales. Me gustaban algunos de sus éxitos pero no había ido más allá. Me quedé de pasta de boniato, alucinado, al descubrir los primeros Fleetwood Mac, los de Peter Green, un grupo de blues rock que poco tenía que ver con los Fleetwood Mac que yo conocía. He leído alguna entrevista a Mick Fleetwood donde explica que tanto él como John McVie pusieron el nombre y formalizar el grupo pero que el alma era Peter Green. De Peter Green, BB King decía que era el único guitarrista de blues blanco que lo había hecho disfrutar y sudar en el escenario.
En torno a la leyenda de Green también están los problemas derivados, como el supuesto abuso de drogas y los encierros psiquiátricos. Fue un hombre que nunca se adaptó a la industria de la música, a todo lo que la rodeaba con las respectivas obligaciones y compromisos. Green era un hombre que quería tocar y hacer música y el resto, como la vida, le iba grande. Sobre todo este tema, ya sea de Peter Green pero lo podríamos extender a Syd Barrett o al mismo Jimi Hendrix hay mucha literatura. Alrededor de Peter Green yo sólo conozco una persona que lo vio en su mejor momento y incluso conversó con él. Eliseu Huertas Cos «El motorista del Happening» vivía en Bath a finales de los años sesenta, cerca del Babylon, un local por donde pasaban todas estas bandas. Huertas recuerda especialmente la actuación de Peter Green junto a John Mayall en el Bath Festival of Blues and Progressive Music (1970). Huertas habla de la actuación de Peter Green como un acontecimiento muy especial en el que el genial guitarrista desprendía una fuerza y una conexión con el público extraordinaria. Huertas lo describe de la siguiente manera; «Parecía que llovían diamantes del escenario. Era oro todo lo que llegaba, en el sentido musical. Una experiencia que no se puede describir ». Lo curioso del caso, es que una vez acabada la actuación de Green y sus compañeros, Huertas accedió a la parte de atrás del escenario, donde estaba la banda. Allí, sin su guitarra, lejos del escenario, Green era una persona hundida, deprimida, desengañada, preocupada, sufridora. Era otro hombre.