Emili Baleriola Jazz-Rock Trio en el Festival de Jazz y Blues de Calella
Pestanyes primàries
En 2011, Emili Baleriola publicaba el disco Jazz-Rock Trio (Picap) tras más de dos décadas de silencio - su anterior álbum era Dilema (1987, PDI) -. Baleriola volvía con proyecto propio en formato de trío con un disco y una formación que eran fruto de la búsqueda de un lenguaje propio, directo, y donde el enorme guitarrista nos sorprendía reivindicando un estilo y unas maneras que lo situaban entre los grandes del jazz-rock. En aquella aventura, sus compañeros de viaje fueron el carismático Vicenç Mas al bajo eléctrico y el inmenso Raimon Iniesta a la batería. Esta formación arrancó grandes críticas por parte de la prensa especializada y buenos aplausos. El grupo estuvo girando por las carreteras de toda la geografía española un puñado de años. Y de alguna manera y con algunas variantes, fue la fórmula mágica con la que Baleriola supo sacar lo mejor de décadas de experiencia: Un sonido muy especial y un música expresada con intención. Desde entonces, Baleriola ha alternado otros proyecto con el del trío. También ha hecho algunas giras a cuarteto añadiendo un teclista. Lo que es evidente, es que ninguna fórmula ha superado la del formato de trío que por suerte ha mantenido como su principal proyecto.
El pasado jueves, en Calella de la Costa, en el marco del 29º Festival de Jazz y Blues, después de meses muy duros y de dificultades, pudimos ver una nueva entrega de Emili Baleriola en formato de trío. Hacía más de un año que no habíamos disfrutado de la formación a trío y este concierto significó un reencuentro con un Baleriola en plena forma. Todo invitaba a disfrutar de un gran concierto, en el paseo de Calella, junto al monumento a la sardana. Una organización impecable donde se cumplían todas las normas de seguridad y una sonoridad excelente. En este espacio idílico, Baleriola presentaba su nuevo Trio. De la formación original recuperaba el bajista Vicenç Mas, vuelto de la aventura mexicana. Las baquetas iban a cargo de Rubén Berengena. Berengena fue un gran descubrimiento y rápidamente hizo olvidar a Iniesta. La seguridad y la contundencia con la que Berengena hacía la función de director de orquesta fueron una de las claves del éxito del recital. Berengena parecía conducir una locomotora compacta pegando las baquetas con el estilo inconfundible del sur de Estados Unidos, dirección Allman Brothers. Vicenç Mas, en el centro de la escena, actuaba de nexo de unión y catalizador entre Berengena y Baleriola, haciendo fácil y comprensible el diálogo y la comunicación. Por su parte, el líder -Baleriola-, se mostró compacto y seguro, en plena forma, como si esta parada forzada le hubiera ido bien. Lució un sonido limpio, inconfundible, seguro y brillante. Y uno de los grandes aciertos fue no perderse en grandes despliegues virtuosos y egocéntricos a que muchos guitarristas a veces recurren. En todo momento supo primar el sonido del conjunto por encima del desarrollo personal. Un gran acierto.
En lo que respecta al repertorio, pudimos disfrutar de clásicos como «All blues" o "Song for my father» para dar paso a una de las piezas que ya interpretaba con Màquina!, el mítico «Cold duck time» de Eddie Harris. De su propio repertorio revisitó uno de los temas imprescindibles, «No problemo» al que siguieron la psicodélica y improvisada «Zeleste» o la agresiva y obsesiva «infraganti». El numeroso público contribuyó mucho al éxito de la velada mostrando entusiasmo y obligando al trío a hacer dos bises.