Martin Larralde
He tenido la suerte de volver a ver a Ruper Ordorika. Esta vez ha sido en el Casino de Vic. Hace un par de años lo vi en el ateneo de Caldes de Montbui y anteriormente lo había visto en otro espacios como la Mirona de Salt. Ver a Ordorika siempre es muy agradecido, y más cuando tienes la suerte de disfrutar de su directo en pequeño formato, lejos de los grandes escenarios. Yo disfruto mucho más viéndolo en el Casino de Vic o en el Ateneo de Caldes que en grandes escenarios.