Canet Rock

  • Posted on: 29 March 2014
  • By: admin

Estos últimos días me ha llamado la atención saber que después de 35 años se volverá a hacer el Canet Rock . Es una gran noticia saber que se organiza un nuevo evento musical y en consecuencia que haya más oferta de música en vivo. No obstante, me gustaría remarcar algunas de las cosas que se han dicho en referencia al mítico Canet Rock de los años setenta, sobre todo del primero, el que se hizo en el año 1975. De entrada, no paro de leer y oír que quería ser creado a imagen del festival de Woodstock. Para ser justos, si hay un festival que miró a Woodstock, Wight y lo que pasaba fuera de nuestro país gris, fue otro festival olvidado, el de Granollers, el Primer Festival Internacional de Música Progresiva de 1971.
Como todos sabemos, la idea de hacer el Canet Rock surgió a partir de lo que hasta entonces se hacía en Canet, las 6 hores de Cançó. Uno de sus principales artífices fue Joan Ramon Mainat. A partir de los nuevos aires inyectados por el entorno de Zeleste, Rafael Moll en primera instancia y Víctor Jou decidieron dar forma a una nueva manera de festival musical, el que sería el Canet Rock . Cabe decir, que Moll siempre me ha insistido que aquella primera edición no se hubiera llevado a cabo sin la complicidad de Joan Ramon Mainat. De las conversaciones que he mantenido con ellos, sobre todo con Víctor Jou , me queda muy claro que lo que la prensa y la gente no para de decir que fue un Woodstock a la catalana está muy lejos de la realidad. Nada de eso , de hecho Víctor se enfada siempre que le saco este comentario y me cuenta que si algo no quería ser era una copia de Woodstock ni nada parecido. Así me lo cuenta :
 " ¿Qué había la referencia? De acuerdo. Que Pau Riba contaba historias fascinantes de su paso por Wight? También. Pero en cualquier caso, el Canet Rock era una manifestación de lo que estaba pasando a nivel musical y cultural, era real, nos lo creíamos y en la última historia que pensábamos era en hacer dinero y en la fama. Si hubiéramos querido hacer algo grande y asegurarno, hubíeramos invitado a artistas consolidados y no hubiera sido una ruina económica".
Al respecto, Manel Joseph , uno de los participantes en aquel primer Canet también es categórico:
"En Woodstock, las estrellas llegaban en helicóptero, coche privado, tocaban, cobraban y se iban. En Canet, nosotros mismos montábamos el escenario, tocábamos, recogíamos y éramos como una gran familia. Una "movida" capiteneada por Moll y Jou en la que participábamos todos. Por ejemplo, recuerdo que hacía falta un piano e íbamos con un camión todo un grupo en el local que tenía la Trinca en Barcelona, lo cargábamos , hacíamos todo el viaje en el remolque con el piano y al llegar, descargar, subirlo al escenario, montarlo y acto seguido a hacer lo que hiciera falta ".
El espíritu de Woodstock era una apariencia de paz y amor, pero en el escenario había estrellas que cobraban talones con muchos ceros y los organizadores habían montado aquel cartel de estrellas con la intención de llenar. Evidentemente también querían hacer un acto de paz y amor, pero a la vez ganar el máximo de dinero posible y sacar un provecho más que notable, con películas, discos ... Aunque por diversas circunstancias no lo consiguieron. En Canet Rock, despues de escuchar el testimonio de Manel o lo que apunta Jou queda claro que era otra historia. Ni infraestructura, ni ayudas, ni nada de nada. Todo era espontáneo y sobre la marcha, como el equipo de rodaje de la película. Canet era real, formaba parte de un sueño, de una manera de ser y se abría a todo lo que respiraba diferente. Iba mucho más allá de lo estrictamente musical o comercial, sino no hubieran hecho ese cartel y aún menos se hubiera contado con la complicidad y los espacios que ocupaban con su historia gente como El Rrollo enmascarado. A nivel artístico, me comentaban que aparte de mostrar todo lo que se estaba haciendo en la factoría de Zeleste se intentó dar un carácter más global y significativo con propuestas que rompían estereotipos, que escapaban o que eran más que una moda pasajera. El caso más claro en este aspecto fue Lole y Manuel, una pareja que rompía los esquemas del flamenco más ortodoxo con una puesta en escena, una música y unas letras que eran más que flamenco y se abrían a un espacio musical y artístico genérico. A un público universal, más allá de lo estrictamente local.
Espero que esta nueva etapa de Canet Rock tenga una larga vida y que se arraigue, sin embargo, también espero que abra los ojos a un espacio más abierto, menos local en cuanto a los nombres seguros de siempre, que entiendo que evidentemente tienen que estar. En aquel primer Canet actuaban grupos como Barcelona Traction que no tenían espacio en el mercado y el circuito comercial. A diferencia , en este Canet actúan artistas consolidados y apuestas seguras del panorama local como Blaumut, Love of Lesbian, Els Pets, Gerard Quintana... Que quizás sea justo que estén , pero también se echa de menos los Barcelona Traction, los "Trópico”, Jordi Sabatés o el Toti Soler de turno .
Está bien que gente como Josep Maria Mainat den apoyo a este nuevo Canet y que salgan en la foto, que tomen parte y se mojen. Sin embargo, como suele ocurrir en todas las historias que se acaban haciendo oficiales y para el gran público, se echa en falta un gesto hacia otros protagonistas e instigadores del espíritu original, los que lo hicieron realidad. Contar con ellos, o bien, reconocerlos y que salgan en la foto. Huir del " Goita que fan ara". Por desgracia, la historia oficial está llena de " Víctors Jous " o de otras personas olvidadas e ignoradas.