Granados por Cañizares
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En 2016 se conmemoró el centenario de la trágica muerte del compositor catalán Enrique Granados, cuando en la Primera Guerra Mundial el barco con el que viajaba fue torpedeado. Este año 2017 hace 150 años de su nacimiento. Aprovechando estas fechas tan concretas, o no, el guitarrista de Sabadell Juan Manuel Cañizares ha publicado la trilogía Granados por Cañizares. Esta trilogía está formada por Danzas Españolas, Valses poéticos y Goyescas. Todo este trabajo alrededor de Granados pertenece a una colección más amplia en la que Cañizares transcribe, adapta e interpreta a la guitarra, compositores españoles que de alguna manera se han inspirado en la tradición española de raíz popular. En este aspecto, otros trabajos que complementan la serie son la trilogía Falla por Cañizares o la Suite Iberia de Albéniz por Cañizares.
Antes de entrar en la trilogía Granados, una catedral en sí misma, me gustaría situar aCañizares de una manera resumida, a partir del seguimiento que he hecho a lo largo de los años. A Cañizares siempre se le ha definido como guitarrista flamenco, que de hecho es lo que es. Yo lo recuerdo acompañando a todo tipo de cantaores por las peñas flamencas de Cataluña. Se había hartado. Además coincidió con una etapa muy bonita, con el surgimiento de una generación de artistas catalanes que después han hecho una exitosa carrera, como el mismo Cañizares, el también sabadellense Duquende, Mayte Martín o posteriormente Miguel Poveda.
Me viene a la memoria la imagen de Cañizares en el ambiente apretado y caliente de las peñas flamencas. Evidentemente ya se intuía el posterior genio. Sus "falsetas" eran comentadas por todos los aficionados. Una de las características de Cañizares que llamaban mucho la atención era el ser un guitarrista flamenco atípico, una excepción. Quizás hoy esta imagen ha cambiado, pero entonces uno de los rasgos distintivos del guitarrista flamenco era que tocaba de oído, no sabía música, no leía partituras. Cañizares rompía ese cliché y se comentaba con cierta sorpresa el hecho de que supiera leer música y tuviera estudios al respecto. Creedme que entonces este hecho era muy extraño y hasta cierto punto repudiado en el mundo del flamenco. Pero esta doble vertiente, la combinación del flamenco más ortodoxo basado en el acompañamiento intuitivo al cante y el estudio de la música en el sentido académico, fueron perfectos para que Cañizares acabara siendo la referencia que ha resultado ser. El otro punto clave en la carrera de Cañizares fue cuando entró a formar parte del grupo de Paco de Lucía. El hecho de que Cañizares formara parte del grupo del mejor guitarrista flamenco de todos los tiempos ya resulta un gran indicador de quién era Cañizares entonces. Ahora bien, la sorpresa y el estupor llegaron cuando Paco de Lucía declaró que había llamado a Cañizares para formar parte del sexteto porque quería aprender de él. Que un genio como Paco de Lucía afirme esto con esta sinceridad y contundencia ya asienta la evidencia de que Cañizares era alguien excepcional. Cañizares como miembro del grupo de Paco de Lucía, participó en la grabación del disco Concierto de Aranjuez (1991), en el que en la segunda parte, Lucía interpretaba Isaac Albéniz acompañado de Cañizares y José María Bandera. Simbólicamente podríamos decir que esta grabación marcó el camino hacia donde iría la carrera en solitario de Juan Manuel Cañizares.
El querer crecer e ir más allá como solista, propiciaron que en un momento determinado Cañizares decidiera abandonar el grupo de Paco de Lucía. Dejar a Paco de Lucía no debería ser una decisión fácil porque abandonaba un trabajo como seguramente nunca lo volvería a tener. Sin embargo, Cañizares lo hizo, en una nueva muestra de valentía, talento y búsqueda personal. Cuando dejó el sexteto de Paco de Lucía, lo recuerdo con cierta confusión. Al menos yo estuve contrariado durante un tiempo. Lo fui a ver en varias ocasiones. Por mi parte cometí el error de ir con la idea de ver una continuación del sexteto de Paco de Lucía. Esto me contrarió. Estaba claro que al comparar me equivocaba, como estaba claro que Cañizares estaba explorando un nuevo camino en solitario al frente de su formación. Poco a poco, esta sensación me fue desapareciendo a medida que él iba creciendo como solista y yo me sacaba de encima aquel cliché. Pero al margen de su grupo flamenco que es el que todos conocemos más, ha habido otro Cañizares, el que nos lleva al principio de este relato, la trilogía de Granados por Cañizares. Como comentaba, esta trilogía forma parte de una serie de obras que Cañizares ha realizado alrededor de compositores españoles. Yo pienso que es aquí donde Cañizares se ha hecho Grande y ha encontrado un lenguaje con el que ha crecido hasta consolidarse como uno de los grandes intérpretes de guitarra. Es posible que la clave haya sido esta doble dualidad que tanto llamaban la atención al principio de su carrera, el hecho de ser un guitarrista flamenco que sabía leer música y estudió guitarra clásica. Esta combinación, añadida a un talento innato y un trabajo preciso y exhaustivo han hecho que la serie por Cañizares se convierta de vital referencia.
Centrándonos ya en la trilogía de Enrique Granados, la forma en que ha transcrito una obra original que estaba escrita para piano y la ha llevada a la aparente limitación de la guitarra, ha sido sorprendente, con un resultado donde redescubrimos a Granados. Hasta día de hoy muchas de las transcripciones de las obras de Granados que se habían hecho para guitarra se habían realizado adaptando el tono al registro de la guitarra por un tema práctico y de comodidad. Cañizares ha renunciado a ello y ha conservado la tonalidad original de la obra, aunque este hecho le ha supuesto una gran dificultad, ya sea por la limitación del mástil de la guitarra en contraposición al piano, como por la ejecución de la misma. Cañizares explica en el texto que acompaña el primer disco de la trilogía, esta complejidad y sacrificio por conservar el tono original en el que escribió Granados. Dicha complejidad se hace especialmente evidente en piezas como "Romántica" o "Arabesca". El trabajo de Cañizares ha sido complejo y de un enorme sacrificio pero le ha llevado a consolidar una nueva manera de enfocar Granados a la guitarra con un estilo propio, basado en el respeto a la obra y su tono original. Ha sabido introducir pequeños matices de su propio estilo sin variar la esencia de Granados. En cuanto al estilo flamenco, al que evidentemente no puede renunciar Cañizares como guitarrista que es, destaca en la interpretación de piezas como "Preludio" de Seis piezas sobre cantos populares españoles, donde el mismo Cañizares, en el librito que incorpora el CD, explica que esta pieza le recuerda la "minera" del guitarrista flamenco Ramón Montoya e invita a los estudiosos a investigar esta conexión. La trilogía se complementa con un disco que ya había aparecido con anterioridad, la “Suite” Goyescas, seguramente la obra más popular de Granados. Cañizares realizó un enorme trabajo transcribiendo y adaptando la obra para dos guitarras. Plasmó una interpretación que abre aún más el mundo Granados y todos sus matices, sobre todo en la versión para guitarra. La trilogía Granados por Cañizares, es sin lugar a dudas una obra crucial e imprescindible que a la vez consolida a Cañizares como una referencia para todos los amantes de la música. A través de ella nos hace redescubrir la obra del genial compositor leridano Enrique Granados.