Evocación de Raynald Colom

  • Posted on: 2 December 2017
  • By: admin

El amigo Joan Barnils, melómano y gran amante de la música, junto con la pérdida de Roger Blàvia, me han hecho redescubrir un disco que había olvidado y que por muchos motivos me parece imprescindible, de cabecera, totalmente referencial. El disco en cuestión es Evocación (Adlib Arts, 2009) de Raynald Colom. Durante la década de los noventa apareció un disco que a mí me cambió todos los esquemas y me abrió un mundo nuevo, el 10 de Paco (Nuevos Medios, 1995) de Chano Domínguez y Jorge Pardo. Aquel disco partía de temas de Paco de Lucia vestidos con elementos jazzísticos y conseguía unos resultados que han quedado para la historia. La aparición del 10 de Paco rompió esquemas y fue un punto y aparte, una inflexión en el lenguaje musical que jugaba entre géneros que llevaban años coqueteando, pero que a través de ese álbum alcanzaban un estado de gracia hasta entonces desconocido.


Cuando Raynald Colom publicaba Evocación volvió a despertar en mí aquel sentimiento que me rompió todos los esquemas, como me había pasado con el 10 de Paco. El 10 de Paco era un disco muy trabajado, con la intervención de Jorge Pardo, que entonces era uno de los miembros del grupo de Paco de Lucía y conocía a la perfección todo el repertorio del maestro. A diferencia de éste, cuando más de una década después, Colom publica Evocación, lo hace caminando por su cuenta y ganándose un puesto destacado en la escena musical. Colom volvía a acercarse al lenguaje de Paco de Lucía pero no contento con ello iba más allá y se atrevía a indagar en la tradición flamenca, sus palos, el cante jondo, el martinete, la soleá, la siguiriya y como no la bulería. Y lo hacía desde el respeto más absoluto y mimetizándose con el propio cante. Yo conocía a Colóm desde sus inicios y me impresionaba la evolución constante en la que estaba inmerso y sobre todo su empeño en la búsqueda de un lenguaje propio, más basado en la melodía y la elegancia de las notas largas que en el virtuosismo técnico. Es en Evocación donde para mí surge el mejor Colom, el que consigue una nueva manera de trabajar con el flamenco y el jazz, o lo que sería lo mismo, la tradición andaluza y la escena jazzística de Nueva York. El discurso de Evocación no es un discurso postizo ni una nueva fórmula para exprimir el grial del flamenco-fusión y apuntarse a nuevas modas sino que lo llevan a parir un disco magistral y totalmente seminal. Es tan impresionante el resultado que si uno se deja llevar por lo que escucha a veces no sabe si está escuchando una voz al cante o bien es la trompeta del maestro Colom. Este hecho es muy espectacular en el primer tema, "Evocación # 1", donde comienza con un martinete a golpe de yunque. Un martinete original de Mairena interpretado por la Tremendita. Conforme avanza se fusiona con la entrada de la trompeta y todo el grupo que hace avanzar el martinete con tal naturalidad que parece que sea dentro del patrón original. La forma en que Colom alarga cada nota con una aparente sencillez me impresionan totalmente y me llevan a imaginar una comunión perfecta entre aquel efecto que provocaba Miles Davis con la sencillez de una sola nota cuando la alargaba y la profundidad del cantaor cuando alarga la nota en el lamento y la oscuridad del cante.
Y a pesar de que para mí "Evocación # 1" es el diamante del disco, el resto del álbum no baja este nivel alcanzado, ya sea realizando versiones con nuevos matices como el caso de "Sanctuary" de Wayne Shorter, tema original aparecido en Bitches Brew de Miles Davis, con la fuerza que daba a partir de aquellas simples notas pero que Colom transporta a una nueva dimensión a compás de siguiriya. Y de un tema referencial del jazz eléctrico va a otro tema referencial del flamenco moderno, el "Zyriab" de Paco de Lucía. Aquí Colom toma la nueva sonoridad que aportó a este tema el armonicista Antonio Serrano, responsable de abrir un nuevo camino para otras y nuevas sonoridades.
Las tres piezas que forman "De ida y vuelta" que responden al esquema de una pequeña suite comienzan con una introducción sublime con el contrabajo y continúan a partir de una composición de Juan Gómez Chicuelo por soleá que se remata por bulería.
La base del grupo de Colón formada por Omer Avital al contrabajo, el pianista cubano Aruán Ortiz y el batería Eric McPherson consiguen que Colón extraiga lo mejor de sí mismo. De hecho, diría que sin ellos el disco nunca hubiera sido el mismo, sin ellos y evidentemente sin la aportación de Juan Gómez Chicuelo. Todos ellos envuelven el sonido Colom de manera magnífica y lo llevan a nuevos horizontes, nuevas sonoridades entre el flamenco y el jazz a través de un instrumento tan complejo y desconocido en este ámbito como es la trompeta. Gracias Raynald.