Twins, Toti Soler
Solapas principales
Cada vez que Toti Soler me sorprende con un nuevo trabajo es una celebración en mi pequeño universo diario. El pasado diciembre, el genio de la guitarra publicaba Twins (satélite K, 2017), nada menos que el disco número 35 de su carrera en solitario. Este 35 es un número considerable y sumado a las decenas de trabajos como acompañante de cantautores como Ovidi Montllor, Pau Riba o Léo Ferré la cifra supera con creces los 100 Lps. Con estos números, dignos del mejor goleador de todos los tiempos, podemos asegurar que Toti es el músico del país en vida con una discografía propia más extensa. Creo que es un dato a tener en cuenta si además le sumamos que en todo momento ha mantenido un grado de calidad elevadísimo, sin dormirse ni tirar de la misma fórmula sudada.
Ahora nos obsequia con este Twins, el disco número 35 - vuelvo a insistir en el número -, un trabajo que vuelve a evidenciar este grado de calidad y serenidad con que Toti elabora sus álbumes. La fórmula es la habitual, la de la guitarra catalana, o lo que es lo mismo, el cóctel de estilos con los que ha lidiado el guitarrista: clásica, flamenco, canción popular, jazz y sello personal. Twins recoge un total de trece temas. Si en el anterior trabajo, Transparències (satélite K, 2016), nos encontrábamos un Toti más enclaustrado, íntimo y solitario, en este Twins vuelve aa una sonoridad más abierta, jugando con otros instrumentos, experimentando con nuevos compañeros y vuelve a coger el hilo conductor que en su día había dejado impreso en Raó de viure (satélite k, 2011). Raó de viure y Twins, tienen un mismo hilo conductor, los nietos de Toti. En Raó de viure salen en la cubierta, de espalda, de la mano del abuelo paseando por Palau-Sator. En Twins, además de dedicarles el disco, aparecen en la cubierta de cara, en primer plano, en una imagen tierna. Además, intervienen en la primera canción del álbum creando un juego y un diálogo divertido con la guitarra que acaba enganchando. En cuanto a revisiones del pasado con nuevas armonizaciones me ha sorprendido gratamente la inclusión de un pedazo de "Dos ocells perduts" que Toti había grabado hace más de 40 años en el indispensable Liebeslied (Edigsa, 1972). Toti se basa en aquella letra de Tagore y extrae los mejores pedazos para servirlos con aparente sencillez, con lentitud, con pausa, con las notas justas y bien elegidas.
Volviendo a este puente que hay entre Raó de viure y Twins, también encontramos otra característica que se repite, el recuerdo a Ovidi Montllor. Si en Raó de viure nos ofrecía una versión personalísima cantada por el mismo Toti de "La samarreta", en esta ocasión se vale de uno de los temas más famosos y característicos de Ovidi, "Perquè vull", que cantado por Gemma Humet coge un matiz muy actual, sensual, más suave, pero con total respeto hacia el original. Además Toti añade unas armonías de guitarra que elevan aún más la canción. Creo que es una versión que se ha de escuchar una y otra vez.
Si "Dos ocells perduts" y "Porquè vull" son las dos canciones que Toti rescata y hace una nueva lectura, el resto del disco es todo nuevo. Hay un tema que me ha llamado especialmente la atención, "Evidència". Diría que es la primera vez en la discografía de Soler en la que escucho una pieza y el intérprete no es él. Para más sorpresa, no suena una guitarra sino un piano que recuerda a Mompou, interpretado por Maurici Villavecchia. En este Twins tampoco podía falta la manía del de Vilassar de Dalt, los poetas. Con sus cuerdas musica a Pere Quart, con el descubrimiento por mi parte de la voz de Anna Ferrer. Mención aparte para Blai Bonet que a través del recitado de Massotkleiner coge una especial intensidad enigmática. Me ha llamado mucho la atención que Toti haya cogido un tema tradicional sefardí, "Asheriko" y lo haya llevado a la actualidad. Me ha abierto nuevas vías y me ha hecho descubrir algo que forma parte de nosotros pero que está muy escondido, olvidado.
Podría seguir hablando de este nuevo disco del genio de la guitarra catalana pero es un disco que se debe escuchar y volver a escuchar, descubrir i saborear a partir de los constantes de matices y sonoridades refrescantes que brotan de los silencios. Alguien una vez me dijo que la música de Toti es lo más parecido al canto de los pájaros, el agua que baja por los ríos y el viento que sopla. Es naturaleza en estado puro. Esperamos disfrutar de su música y que estos 35 trabajos lleguen a ser 40, 50 y muchos más.