PETITET
Solapas principales
Antes de visionar el nuevo documental de Carles Bosch, Petitet, ya partía con la premisa de que podía gustarme o no, pero que seguro que era una buena obra. Alguien que lleva en su mochila títulos como Balseros - nominada a los Oscar -, o la premiadísima Bicicleta, cuchara, manzana; es difícil que te decepcione.
Petitet es un gran documental donde partiendo de un personaje concreto y un entorno muy específico nos acaba revelando que querer es poder o que el trabajo y la perseverancia pueden llegar a dar fruto. Es una historia de superación personal a pesar de tenerlo todo en contra. Pero vayamos por partes. El documental parte de la figura de Joan Ximénez "Petitet", un gitano hijo de un palmero de Peret. Un antiguo percusionista que sufre una grave enfermedad que le obliga a estar constantemente en el hospital. A raíz de esta enfermedad tiene problemas musculares, dificultades en la respiración y el habla. La luz le causa molestias en los ojos hasta completar una larga lista de problemas derivados que le dificultan mucho la vida. A pesar de todo ello, Petitet no parará hasta cumplir la promesa que le hizo a su madre: presentar la Rumba Catalana vestida con una gran orquesta en el Gran Teatro del Liceo. Petitet tiene clavados los momentos álgidos de los que disfrutó la Rumba Catalana en el pasado, donde artistas como Peret o el Pescaílla se presentaban ante el público con traje y bien peinados. Quiere tomar la imagen de estos artistas a los que admira y elevar su arte. Comienza a cimentar el proyecto. Se rodea de amigos con los que a su vez intenta hacer un proyecto de integración basado más en la amistad y las ganas que en cualquier otra historia. A partir de estos amigos y conocidos el grueso de músicos va creciendo. Poco a poco se añaden músicos profesionales, o los llamados músicos de conservatorio. Durante todo el proceso, Bosch muestra los diversos conflictos y aciertos de Petitet y toda la cultura que lo rodea. En el aspecto musical la dificultad que se presenta cuando se juntan los gitanos de la Rumba Catalana con los músicos de conservatorio. Se crea cierto conflicto a la hora de trabajar por la informalidad de unos, la falta de compromiso y puntualidad por parte de otros o la problemática a la que se ven abocados los músicos de partitura ante la incapacidad de los rumberos de respetar las pautas concretas de cada canción. Sin embargo, la fuerza de Petitet y las ganas que acaban poniendo todos hace que los dos bloques se acaben entendiendo. Petitet persigue un mundo que ya no existe, que se ha desvanecido. Especialmente tierno y poético me ha resultado el momento en el que pasea por la calle de la Cera y los alrededores, donde estaba el Bar Tonis, o cuando muestra el piso donde vivía Peret. En definitiva todo lo que respiraba a Rumba Catalana. Petitet, a paso lento, con voz cansada y fundida rememora aquellos tiempos que se intercalan con imágenes del pasado mientras observamos la cruda realidad, la de una calle triste, deprimida, que llora por lo que había sido y ya no es. Todo se desarrolla en una secuencia apagada que Realza aún más el efecto de pérdida, de nostalgia. "Si las piedras hablaran" se apresura a decir. Unas piedras que podrían decir muchas cosas, que siempre están a pesar de que el tiempo se escape.
A lo largo del documental también se nos muestra otro mundo que parece desvanecerse con los nuevos tiempos, la manera de vivir de los gitanos. Petitet, el "yayo", el jefe de una familia patriarcal, donde todo gira a su alrededor, donde él es el eje y figura referencial. Mujer, nietos, hijos, todos bajo la custodia y guarda de Petitet. Petitet, el hombre que a pesar de estar enfermo no quiere dejar este papel, quiere sentirse útil, continuar siendo aquel gitano alto y delgado que ya no es, el del negocio de la "chatarra".
Bosch ha hecho un gran trabajo, porque nos muestra todo este mundo de una manera muy respetuosa, sin hacer juicios y dejando que sea el espectador quien saque sus conclusiones. A la vez contribuye a poner en su lugar la Rumba Catalana y su historia.
El documental tiene una fabulosa digestión, es brillante, y lo que es más importante: respira humanidad.