Moncho, el gitano del bolero

  • Posted on: 30 December 2018
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Me entero del deceso de Moncho a través de un WathsApp que me envía el percusionista Miquel Àngel Lizandra. En cuatro líneas viene a decirme que han aflorado los recuerdos del tiempo que estuvo con él en la sala Las Vegas de Barcelona. Aparte de tocar la batería con el gitano del bolero me comenta como ha llorado escuchándolo y se da cuenta que el paso del tiempo es inexorable.
Por mi parte, para recordar a Moncho me pongo a escucharlo con cierta nostalgia, no sé qué nostalgia, pero nostalgia en alguna de sus formas. Dicen que nadie ha cantado los boleros como lo hacía Moncho y probablemente sea cierto. Cuando escucho "Inolvidablemente" me viene a la memoria lo que me contaba de él el pianista y arreglista Josep Cunill, el "papa” Cunill, que trabajó en los arreglos y la dirección musical del primer álbum de Moncho y la acompañó en multitud de ocasiones.


Antes de que Moncho se convirtiera en el gran cantante de boleros que terminaría siendo trabajaba en el Barcelona de Noche. Cantaba rumbas y destacaba haciendo versiones de Lucho Gatica. Poco a poco se fue decantando hacia el bolero hasta que le llegó la oportunidad de hacer un disco. El disco en cuestión se tituló El gitano del bolero y salió editado en 1969 por Discophon. En ese disco los arreglistas que participan son el mismo "papa" Cunill, pero también Francesc Burrull y Ricard Miralles. En aquella época, el "papa" Cunill era el hombre con más experiencia en el mundo del bolero ya que había paseado su arte por todo Latinoamérica y también formó parte de la orquesta de Lorenzo González, el célebre cantante venezolano que unas décadas antes se había hecho famoso cantando boleros como "Cabaretera". No olvidemos que Gónzalez fue el culpable de poner el gusano del bolero a Moncho, ya que tal como él explicaba le había llegado esa fiebre después de ir a una actuación del venezolano, donde posiblemente el pianista era el "papa", y al terminar una canción una mujer le tiraba las bragas. Según el propio Moncho, entonces decidió que quería cantar.
Aquel primer disco de Moncho, El gitano del bolero, no tiene desperdicio. Un acompañamiento vestido de gala para aquel Moncho iniciático, el que tomaría la bandera de Armando Manzanero y acabaría convirtiéndose en uno de los mejores intérpretes de bolero que ha existido nunca.
De aquellas conversaciones con el "papa" Cunill en torno a la figura del Moncho recuerdo la rotundidad con que aseguraba que era el mejor cantante de boleros que había existido nunca, muy por encima de Lorenzo González, y concluía: "Y te lo digo yo que he trabajado con ambos ".
Finalmente tenía palabras de agradecimiento y elevaba su calidad humana hacia un amigo que siempre había estado a su lado en momentos muy difíciles.