Jordi Farràs, Voss del Trópico
Solapas principales
Finalmente, Picap recupera Les gavines de la farga, LP publicado originalment por Zeleste/edigsa en 1979. He tenido la enorme suerte de participar en esta nueva edición y reivindicar a una de las figuras indispensables de la noche de Barcelona de los años setenta que por desgracia está demasiado olvidada. Adjunto parte del texto que preparé para la recuperación de este mítico trabajo, el único que Farràs publicó con su nombre original y que a parte de la música también contiene imágenes, las letras, todos los créditos y otras cuiosidades. Vale la pena.
Jordi Farràs i Clusella “La Voss del Trópico”
"Había oído hablar de la Voss del Trópico y me había creado una imagen determinada. Cuando lo conocí en persona descubrí un hombre que se alejaba de lo que yo me había imaginado. Me quedé boquiabierto ante su personalidad y la tremenda presencia en el escenario. Tenía un grupo de fans que gritaba: "Trópico al poder". Era una persona entrañable e inolvidable ". Con estas palabras Manel Joseph recuerda a Jordi Farràs, La Voss del Trópico (1946-2000).
Resulta difícil para una persona que no ha conocido a Jordi Farràs escribir sobre quién fue y lo que significó y más aún cuando su memoria está perdida en el olvido y en pequeñas reseñas prácticamente desaparecidas. Todo lo que sé de él es a través de su música y lo que me han contado sus compañeros de viaje. He observado que todo el que lo trató guarda un gran recuerdo y un aprecio especial, el del hombre afable que se daba a todo con un sentido del humor que te partía de risa.
Cuando camino por la calle Platería, aunque no queda ningún indicio de lo que fue la sala Zeleste, me gusta imaginar cómo debería ser ese lugar durante la década de los setenta: Un oasis irrepetible, donde la música y la conversación se reinventaba cada día y te daba la sensación de estar en una isla tropical en medio de una sociedad reinada por un franquismo agonizante que esperaba la llegada de una democracia imperfecta. En esta isla se podía encontrar a gente como Carles Flavià, Jaume Sisa, Gato Pérez, Manel Joseph y un largo etcétera. Uno de los indispensables de la noche de Zeleste y de esta particular isla tropical era Jordi Farràs, que durante aquellos años adquirió el apodo de la Voss del Trópico. Los que no lo conocimos, encontramos como una de sus primeras referencias la especial versión que hizo con la Orquesta Platería de "Camarera de mi amor". A partir de aquí, con ciertas dificultades podemos ir desgranando su periplo discográfico.
Cuando escuchamos la Voss cantar nos damos cuenta que no nos encontramos ante un solista con un registro normal, podríamos decir que su voz es muy especial, personalísima, y cuando decimos personalísima nos referimos a un estilo único, con un registro bajo, casi como si murmurara las melodías pero con una calidez plástica mezclada en forma de cóctel que da como resultado una afinación totalmente tropical. Al Trópico lo podríamos definir como un cantante melódico, que cantaba canciones de amor, fue de los pioneros en cantar en Bola de Nieve cuando aún nadie lo reivindicaba, o musicar poemas de Joan Salvat Papasseit a ritmo de bolero. Sus grabaciones son toda una novedad y marcan un punto de calidad y riesgo. En el año 1977, para la grabación de su primer Lp, Por la Gracia de Dios (Ocre-Belter), encargó la dirección y los arreglos musicales a Joan Albert Amargós, compañero de la Orquesta del Maestro Bellido, y la música la grabó junto con el resto de integrantes de la mítica Música Urbana, entre los que destacaban Carles Benavent o Salvador Font. También participaron otros músicos del entorno de Zeleste como Santa Salas. Realmente es sorprendente la valentía de la Voss a la hora de entrar al estudio y construir un disco con una sonoridad que se adaptara a su particular voz. Al cabo de dos años volvería al estudio para grabar Les gavines de la farga, CD que tenéis entre las manos y del que nos ocuparemos después de un pequeño paréntesis.
Entrada la década de los ochenta, llegaría la crisis musical a Barcelona y el cierre de Zeleste. A su vez, los "combos salseros" irían a la baja en pro de nuevas tendencias, sin embargo, la Voss resistiría y con Gato Pérez comenzaron la década de los ochenta con el espectáculo "Horas tronadas" en la sala Jamboree. En 1982, cuando Farràs ya se autodefinía como un nostálgico despachado de las noches de Zeleste intentaría volver a su mundo particular con la grabación de un nuevo disco titulado Capablanca, nombre que tomó de un jugador de ajedrez cubano de los años 20. Posteriormente, haría una pausa para volver a aparecer en 1995 para grabar No son... boleros junto a su maestro y amigo Francesc Burrull. Un compendio de canciones "boléricas" entre las que encontramos una exquisita versión de "Aquellas pequeñas cosas" de Joan Manuel Serrat. En 1999, también con el maestro Borrull grabó el que fue su último disco, Un poema de amor. Poco después, y cuando parecía que la Voss volvía con fuerza, desapareció de manera trágica.
En cuanto a Les gavines de la farga, publicado originalmente por Zeleste-Edigsa en 1979 y que hoy gracias a Picap podemos tener en nuestras manos, podemos decir que estamos ante un trabajo precioso en todos los sentidos, tanto en las letras, los arreglos musicales como en la voz melancólica de la Voss que nos traslada a un espacio mágico y de cierta tristeza que emana una delicada alegría. Aparte, es la única de las grabaciones de Jordi Farràs que hizo con su nombre real. El encargado de dirigir y musicar Les gavines de la farga fue Jordi Sabatés que recuerda el proyecto de la siguiente manera: "Un día se presentó en mi casa la Voss, me contó que tenía unas canciones y que las quería grabar. La verdad es que no sé cómo lo había hecho pero había conseguido que Claudi Martí, entonces director de Edigsa, diera luz verde a todo el proyecto y además teniendo en cuenta que fue una producción bastante trabajada, se grabó con una orquesta. Yo conocía al Trópico de la noche, de verlo cantar con la Orquesta Platería o la Orquesta del Maestro Bellido y recuerdo que desprendía un carisma y unas maneras muy especiales y únicas en el escenario. Aparte de eso, nunca la había tratado con profundidad. Descubrí un hombre entrañable, sensible. Durante un par de semanas él venía a mi casa y nos sentábamos alrededor de una mesa y él me cantaba las letras que yo iba apuntando y transcribiendo al papel para musicar. Adaptar la música con las características particulares del Trópico fue un trabajo bonito y gratificante del cual estoy muy satisfecho. En la grabación, los músicos fueron algunos de los componentes de Música Urbana. Daba la casualidad que en ese momento yo tenía en mi grupo a Matthew Simon, Carles Benavent y Salavador Font".
Les gavines de la farga es un disco especial, recomendado para escuchar con calma y dejarnos llevar por la voz de Jordi Farràs, el que fue la Voss del Trópico.